ZINC «STREET LEVEL»: El último experimento de Mauro Malavasi

Como si de un viejo alquimista se tratara, Jacques Petrus se pasó la primera mitad de los años 80 encerrado en su laboratorio, en búsqueda de su particular piedra filosofal disco-funk. Ya os hemos contado en más de una ocasión sus apasionantes aventuras musicales a caballo entre Italia y Estados Unidos, sus tratos con la mafia y el trágico final de su vida, así que tranquilos; no vamos a repetirnos. Sin embargo, una historia como la suya, siempre esconde capítulos que como el de hoy, merecen ser recordados y reivindicados desde estas páginas.

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La historia de Zinc corre en realidad, paralela a la de High Fashion, unos viejos conocidos para los habituales de estas páginas. Surgidos a la vez, y grabados casi al mismo tiempo en 1981, ambos proyectos formaban parte de esa dinámica de producción en cadena que tanto gustaba a Petrus, un tipo empeñado, como ya señalamos en su día, en continuar la senda de éxito marcada por B.B. & Q. Band o Change.  En su plan ideal, distintos proyectos salidos de la factoría Little Macho se venderían a distintos labels y estarían compitiendo en las listas de éxito R&B por hacerse con el número uno. Y ese año, con  discos como los de Change ( «Share Your Love») , High Fashion ( «Feelin’ Lucky), BBQ Band ( «All Night Long») y Zinc ( «Street Level» ) su sueño parecía más cerca que nunca de hacerse realidad. Reclutando a su equipo de músicos italianos habitual con Malavasi y Romaní al frente, junto a algún que otro músico de Change, Kashif o nuestro viejo amigo Fonzi Thornton, Zinc incoporará finalmente a Gordon Grody como intérprete principal. Grody, un inefable rubiales que había tenido su oportunidad en plena explosión disco con aquel «Exclusively Yours» (1977) , era entonces un eficiente cantante de sesión capaz de cantar al lado, literalmente, Gene Simmons o Steely Dan sin que se le moviera un pelo del flequillo. Su voz, con un registro mucho más neutro y menos R&B que la del Eric McClinton de High Fashion, parecía adecuada para que Malavasi diera rienda suelta a todos los experimentos sonoros que dado el perfil negro del label que le pagaba, rara vez tenía ocasión de explorar.Por ello, el disco de Zinc es probablemente, uno de los más curiosos salidos de la factoría Little Macho.

Una imagen reciente de Mauro Malavasi, la mente detrás de Zinc.

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Llevando el peso de casi toda la composición, en detrimento de Kashif -que, como ya sabemos, si tendrá un mayor peso en High Fashion- Malavasi se atreverá con tracks como «I’ll Never Stop»  o «Livin’ In The Boogie Now», a introducirse en las pantanosas aguas del Pop Estándar al más puro estilo Huey Lewis y el peor pseudoreggae blanco. Dos fallidos intentos de ofrecer variantes a una fórmula italo-disco funk,  que a pesar de funcionar a las mil maravillas, parecía ya cansarle. Mucho más acertado resultará en cambio, su encuentro con Kashif en una bomba post-disco como ese «Street Level» que dará título al álbum; un track sexy, duro y nocturno,  pero a la vez, repleto de esos ricos matices y elegancia que caracterizaba a su sonido. Carne de club y pista de baile, que en definitiva, era el terreno en el que por más que le pesara, más brillaba su talento.  Tampoco podemos perder de vista su trabajo junto a Fonzi en temas como «This Is Where The Love Is» -un Chicismo en su más pura expresión- o ese «Punkulation» , donde junto al gran Davide Romaní al bajo y un especialmente inspirado Gordon Grody, acaricará las melodías y la carnosidad del sonido P-Funk.  «Amazon», uno de los temas que cierra el disco, volverá a intentar combinar elementos caribeños, Disco y Pop en un apuesta apreciable pero que en realidad,  poco pinta en mitad de un proyecto como el que tenía entre manos.

Zinc – «Street Level»

Zinc- «This Is Where The Love Is»

Zinc – «Punklation»

Zinc- I’m livin’ a life of love»

Hoy, son muchos los que ven en este «Street Level» el fin de una era dentro del Italo Disco, al certificarse la ruptura del tridente Malavasi -Romaní-Petrus. El fracaso del proyecto y, por extensión, de los experimentos de Malavasi,  acelerará su marcha de Little Macho, que continuará como compañía a pleno rendimiento en su misión de conquistar Ámerica para el Italodisco.  La edición de «I’m livin’ a life of love» (1983) un último 12 » de perfil bajo, esta vez con Kevin Robinson ( viejo conocido de Change o BBQ Band) como voz principal, cerrará la historia de Zinc en el género. Un maravilloso estándar disco ya sin Malavasi en nómina y que, según cuentan, debería haber ido a parar al álbum de BBQ Band. Injustamente despreciado por los fans más acérrimos del italiano, el track cierra de la mejor manera posible la breve historia de una banda con infinitas posibilidades pero que, los ataques de superproductor de Malavasi unida a la escasa paciencia de Petrus, destruyeron antes de tiempo.

HOWARD HUNTSBERRY – «With Love» : El Epilogo de Klique

La historia de Klique, una banda de Los Ángeles surgida en mitad de la explosión post-disco, es sin duda carne de Kings Of Stage. El cómo, tras ser apadrinados por Felton Pilate de Con Funk Shun, consiguieron plantar su  bandera en las listas con algún éxito menor, editar tres discos, pasearse por la mítica «Penintentiary» (1979) de Jamaa Fanaka, y desaparecer para siempre, es una de esas historias de ascensión y caída dignas de aparecer en estas páginas. Formada por Deborah Hunter y el hermano de ésta, Isaac Suthers, la banda se completa con la incorporación de Howard Huntsberry, un cantante y aspirante a actor del area de Los Ángeles. Huntsberry, uno de esos tantos buscavidas que pululaban por el off-Hollywoord de aquellos años -vocalista de sesión en los tres primeros Gap Band, por cierto- se convertirá en la voz y el rostro más conocido de Klique, con quien  completará un ya comentado ciclo de tres álbumes, cerrado de manera un tanto abrupta con «Love Cycles«(1985). Con su desaparición, Klique dejará a sus integrantes prácticamente fuera de la industria, hasta que y en un inesperado golpe de fortuna, la historia de Huntsberry de un vuelco de la noche a la mañana.  Y es que, tras dos años dando tumbos por innumerables castings y estudios de Los Ángeles en busca de fortuna como actor o cantante, Huntsberry  recibe en 1987 la noticia de que ha sido seleccionado para interpretar a Jackie Wilson en «La Bamba» el biopic centrado en Ritchie Valens. En otro de esos casos de perfect timing, su regreso a la industria del entretenimiento coincidirá con el interés de Silas Jr por relanzar su carrera, en plena explosión del sonido New Jack. Con un éxito mundial como La Bamba en plena efervescencia, y su pasado en MCA como miembro de Klique,  no resulta díficil convencer al label para que de el visto bueno a un álbum debut de perfil medio-bajo, con plena libertad creativa, y con el que Silas Jr espera apuntalar todavía  más su creciente imperio R&B.  «With Love» (1988) el disco que lanzará en solitario a nuestro amigo Howard, es ya un hecho.

 

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Para completarlo, Silas Jr organizará un combo de producción que le incluirá a él mismo, junto a debutantes como Mark Anthony Sylvia y veteranos como el Ex-Trammps y Salsoul Ochestra, Ron Kersey. Un álbum sin grandes nombres en su tracklist, y que se centrará en sacar partido  del poderoso registro vocal de Huntsberry -que habrá quien compare con el de ese Jackie Wilson que llegaría a interpretar en el cine- y que tanto contrastará con su anodina presencia física y -siendo generosos- más bien escasa fotogenia.  Así, su voz se convertirá en eje de un álbum repleto de intensos slow jams diseñados a su mayor lucimiento, y algun que otro club banger que marcará definitivamente la diferencia.  Olvidadas pero esenciales gemas New Jack Swing como «Sleepless Weekend»y «Don’t Take This Out On Me», destapan el preciso trabajo de un debutante como Mark A. Sylvia, que desparecerá casi sin dejar rastro después de este álbum.  Sus aportaciones en clave club evidenciarán la versatilidad de Huntsberry para- si era menester- cambiarse el traje de meloso crooner por el de truhán newjackswingero, luciendo talento y pelazo con similar elegancia y solvencia. Dos auténticas bombas para el dancefloor, en las que una vez más el olfato de Silas Jr para encontrar, reunir y sacar provecho del talento ajeno resulta determinante. Su figura, probablemente la más menospreciada y olvidada del R&B contemporáneo, se convierte una vez más – y cuantas veces lo hemos visto ya en estas páginas- en el catalizador de algunos de los mejores momentos de la black music de los 80.

 

Howard Huntsberry «Sleepless Weekend»

 

 

Howard Huntsberry «Don’t Take This Out Of Me»

 

Llamativa resultará también, la inclusión de una balada como «You Ought To Be With Me», en el tracklist del disco. Escrita y lanzada por el actor Carl Weathers aka Apollo Creed en 1981 como descarado exploit de la fiebre «Rocky», el tema es rescatado por Ron Kersey, que logra convencer a Huntsberry para realizar una inesperada cover. El resultado será un Slow Jam  muy superior a su original, que junto a la extraña melange pop-reggae de«For You» servirá para cerrar un álbum que, a pesar de su indudable calidad y sus bombas new jack, apenas podrá plantar cara al éxito comercial de clásicos como el «Don’t Be Cruel»  de Bobby Brown o el «Make It Last Forever» de Keith Sweat, que continuaban con paso firme reinando en las listas de éxito.  La tibieza con la que es recibido el disco deja indiferente a prensa e industria, que en realidad, parece no prestar mucha atención al regreso del que en siendo sinceros, no era más que un cantante menor de la era post-disco. La escasa repercusión, que no fracaso, del disco permite a Huntsberry disfrutar de un último cartucho versioneando por enésima vez a Jackie Wilson , esta vez con «Higher and Higher» en la banda sonora de «Cazafantasmas 2». Retirado desde entonces a una vida modesta y familiar en Lousiana, su nombre volvió brevemente a la palestra tras el Huracán Katrina que, al parecer, le hizo perder su casa y buena parte de sus posesiones. Hoy, con 62 años y ante las exitosas reediciones de los viejos álbumes de Klique, Huntsberry e Isaac Suthers llevan tiempo lanzando allá donde le dejan, la idea de reunir de nuevo a la vieja banda en una gira. Puede que al final esa maldita nostalgia que todo lo embriaga,  sea lo único que pueda devolverles una pequeña parte del éxito que su inmenso talento merecía. Buena suerte Howard….

 

 

Gonzalo Oya

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA CARA B DE ROGER TROUTMAN: NEW HORIZONS (PT II)

Como vimos en nuestro anterior capítulo, con el lanzamiento del debut de Dick Smith, el plan de Roger Troutman para extender sus franquicias en la industria comenzaba a tomar forma. Siempre ligado a la vibrante escena de Dayton, el genio de Ohio no tardó demasiado en encontrar nuevos candidatos a pasar por su legendario Troutman Lab. Entre ellos se encontraban New Horizons, una banda familiar -muy al estilo Zapp o Gap Band– que ya eran un nombre de sobra conocido en la escena local por aquel entonces. Casualidad o no bautizado como un disco de  The Sylvers, y formado por los hermanos Thomas y su primo Timothy Abrams, el grupo presentaba un talentoso lineup funk estándar – con guitarra, bajo, batería y teclados- en el que Roger vió la oportunidad de crear un monstruo musical a su medida. Tras negociar un acuerdo con Columbia para la edición de su debut, Roger se encerró con la banda en el estudio para completar dos álbumes consecutivos , que el tiempo convertirá en dos nuevos monumentos del sonido Troutman.

 

 

new horizins

 

Con su apuesta por New Horizons, los hermanos Roger y Larry Troutman -tradicionalmente considerado el verdadero «cerebro» tras los movimientos discográficos de la familia- reafirmarán su interés por convertir Dayton en la capital funk de América. Asi, Roger presentará la banda ante el gran público a través de un album debut de perfil mucho más alto que su anterior propuesta al servicio de Dick Smith. Salta a la vista la diferencia de status que los Troutman darán a ambos proyectos, editados en el mismo año y, en teoría, similares condiciones.  Mientras Smith deberá conformarse -como ya hemos visto- con un meritorio pero funcional álbum de versiones, los Troutman se volcarán en el debut de los hermanos Thomas, ofreciendo los mejores misiles de su arsenal creativo para conformar ese «Something New».

Roger Troutman,  «mentor» de New Horizons

roger

Para explicar este cambio de planteamiento, conviene no perder de vista la cercana relación artística que Roger y varios de los Thomas mantendrán desde ese mismo año. Como parte del entorno Troutman, su presencia se hará notar en álbumes tan representativos  «The Saga Continues» (1984) o «Unlimited» (1989) entre otros, demostrando lo mucho que dará de sí la excelente química existente entre ambos clanes familiares.  Pero los Thomas eran una banda, no unos simples músicos de sesión. Por ello, su oficio y sobre todo, su talento, añadirán el plus que un Roger pletórico, lleno de ideas y en plena formulación de su sonido, buscaba.

No es de extrañar por tanto que para Troutman, se convierta en prioritario encontrar un equilibrio entre la reivindicación del sonido Zapp, y el respeto a la propia personalidad de la banda. No entraba en sus planes desde luego, tomar el pelo al público editando dos discos iguales con diferente nombre y tan sólo un año de margen. Así que, a pesar de que podamos considerar este debut como «gemelo» de «The Saga Continues» (1984), las diferencias entre ambos discos serán notorias.  La primera, la desaparición del talkbox como elemento expresivo de su sonido, que partiendo de los códigos del P-Funk, se adaptará a una banda de carácter, bregada en los esquemas del R&B clásico. Así, himnos P-Funk como «Your Thing Is Your Thing», que tras 14 semanas en los charts se convertirá en su mayor éxito, o bombas synth-funk como  «Something New»  serán la punta de lanza de un álbum en el que Roger volverá a mostrar su denodado amor por el lenguaje del Jazz y el Blues clásico  que, como siempre, tratará de maridar con el frescor y la flamboyante extravagancia del P-Funk.

New Horizons «Something New»

New Horizons «Your Thing Is Your Thing»

New Horizons  «Your Thing»

El resultado es espectacular. Con Mark Thomas destapándose como un frontman de primera magnitud y el extraordinario trabajo de su hermano Bart como bajista – un auténtico soldado del Funk como diría de él Roger Troutman- el grupo brillará también en slowjams como «I Can’t Tell You» , la muy philadelphiana «Reaching For New Horizons», y hasta en la deliciosamente naif  -y hip hop- «Your Thing».  Fresco, preciso, bailable, …la pura esencia del sonido Troutman, interpretado por una formación funk ajena y atrapado en seis tracks que, desde luego, sabrán a muy poco a los fans fatales del de Ohio.

El relativo buen recorrido del álbum, rozando el top 50 del chart R&B de Billboard, garantizará a la banda su regreso con el «Gonna Have Fun» (1984), su segundo y último trabajo de nuevo con los Troutman a los mandos. Una nueva etapa de este viaje que, como ya has adivinado, centrará nuestro próximo capítulo…

Gonzalo Oya

 

 

LA CARA B DE ROGER TROUTMAN: DICK SMITH ( PT 1)

Entre 1980 y 1985, la familia Troutman vivió un lustro de música, éxito y excesos irrepetible. Ya fuera como The Human Body, Zapp o con sus aventuras en solitario, este mítico clan de la música funk aglutinó en esos cinco años buena parte de lo  mejor de su legendario repertorio.  Sin embargo, uno de los episodios más olvidados de este período es probablemente, la serie de álbumes que Roger Troutman produjo entre los años 1983 y 1985.  Un pequeño ciclo creativo en el que, con varios álbumes a su cargo, trató de lanzar a sus propios artistas e incluso, marcar el paso a una vieja leyenda de la ciudad de Ohio.

Roger Troutman

roger+troutman+en+1981

El primer capítulo de esta historia nos obliga a detenernos en el curioso caso de Dick Smith y su «Initial Thrust» (Warner, 1983).    Con un bagaje que hasta ese momento se limitaba a su participación en el «Many Facets Of Roger» (1981) y el «Zapp II» (1982) como simple cantante a sueldo, Smith se convirtió en apenas dos años en el primer protegé que Troutman lanzaba desde su compañía de producción.  Aunque podemos imaginarlo, puede que nunca sepamos el porqué Roger decidió apostar por un intérprete de jazz / R&B de perfil clásico para protagonizar un proyecto tan extraño como este.   Un disco de versiones con un desconocido como protagonista, que hoy podemos visualizar como bendito daño colateral derivado del éxito de  aquel  » I Heard It Through The Grapevine», con el que Roger había demostrado lo eficaz que podía resultar llevar a su terreno clásicos  de sobra conocidos por el público.  No hay que ser muy listo para darse cuenta de que el punto de partida de «Initial Thrust» será básicamente el mismo.  Así, Dick Smith mediante, Roger se lanzará a realizar un puñado de inopinadas versiones de éxitos ajenos, con los que de manera descarada esperará sorprender y enganchar con rapidez  al público.

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Para el proyecto, Roger deja su talkbox de lado, reúne a toda la familia y llama a algunos buenos amigos. Así, no faltarán en el álbum sus hermanos Zapp, Lester y Larry, ni tampoco algún que otro ilustre tripulante de la nave del Dr Funkenstein. Nombres como Bernie Worrell, Maceo Parker o Mallia Franklin no faltarán a la cita, y hasta el bueno de Leroy «Sugarfoot» Bonner ( Ohio Players) se dejará caer por  el estudio, puede que tanteando  su prodigioso encuentro discográfico con Troutman de dos años  más tarde.  Un dream team dirigido por Troutman y puesto al servicio de un cantante first class, que reinterpretará con maestría clásicos como «Sunny»  de Bobby Hebb,  «Tobacco Road» de Eric Burdon & War, añejos hits de los Beatles como el «The Long and Winding Road» – que llegará a nuestros días como hipersampleado estándar G-Funk- e incluso algo tan bizarro como una versión jazz-funk de un viejo éxito country como el «By The Time I Get To Phoenix» de  Glen Campbell. Temas que resultarán prácticamente irreconocibles tras pasar por el tamiz de Troutman, y que servirán de contrapunto a los dos únicos originales incluidos:  «Stay With Me» y «Over and Over Again», curiosamente lo más flojo de un disco brillante.

Dick Smith «Tobacco Road»

Dick Smith «The Long and Widning Road»

Dick Smith «Sunny»

En su trabajo de deconstrucción genérica, Troutman demostrará una vez más su asombrosa capacidad para asimilar material ajeno, mutarlo y relanzarlo a través de un léxico propio e inimitable. Todo un universo de P-Funk, Synth-Funk y Jazz-Funk puesto en esta ocasión al servicio de un proyecto  -al menos sobre el papel- rápido e impersonal, pero que atrapara toda la esencia de un músico irrepetible.  A pesar de su nulo recorrido comercial, sería injusto hablar de fracaso en la aventura de Dick Smith. El cantante, un mero instrumento al servicio de los Troutman, será la eficaz  herramienta a través de la cual se afinará una franquicia que tan sólo un año más tarde lanzará su siguiente bomba, esta vez con el gran Bobby Glover como protagonista.  Pero eso ya os lo contaremos en el próximo capítulo….

Por: Gonzalo Oya

RON BANKS: Amor, sexo y boogie

Ser líder  de uno de los grupos vocales de referencia del R&B americano tiene sus ventajas. Como la de que nada más anuncies que abandonas tu grupo de toda la vida, los sellos hagan cola para firmar tu próxima referencia.  Esto fue lo que le ocurrió al bueno de Ron Banks cuando puso en conocimiento de Capitol que el proyecto Dramatics entraba en coma.   «New Dimension» (1982), un álbum tan meritorio en lo artístico como estrepitoso fracaso en lo comercial, había intentado sin éxito poner freno al irreversible proceso de descomposición de una banda que sus propios miembros consideraban estancada.  Para el Banks productor e intérprete, le renovación de contenidos, look y sonido era algo imperioso en pleno 1982, con o sin la franquicia Dramatics como respaldo.  No debe extrañar por tanto, que convirtiera entonces, el fracaso de «New Horizon» en la oportunidad que esperaba para explorar sus nuevas ideas con plena libertad creativa.

Ron Banks, lider de los Dramatics

Ron Banks

Así, a finales de 1982 y con el respaldo de CBS, Ron Banks pone en marcha «Truly Bad», su ansiado proyecto en solitario.  Con el peso de la producción a su cargo, se lanzará sin tapujos a explorar un sonido fresco y directo, mucho más cercano a los canónes del boogie-funk que del R&B clásico, y en el que por fin su legendario falsetto logrará verse cómodo, brillando en todo su esplendor.  Sea por la influencia de Ray Johnson – para muchos, el principal revulsivo en la renovación de sonido de Dramatics y Banks en aquellos años- o por méritos de la propia estrella de la función, el disco dejará bangers club como «She’s So Good To Me»  o joyas synth funk como la muy barkeysiana «Zap», auténtico High-light no sólo del disco, sino probablemente de toda la carrera de Banks. Liberado del culto a las armonías vocales y del peso que hasta entonces habían tenido los planteamientos estéticos del R&B clásico en su música, el ex Dramatic abandona las florituras vocales del amor cortés y se atreverá con una lúbrica celebración del hedonismo funk, destinada a explotar en el dancefloor más cercano.

Ron Banks «Zap»

Ron Banks «She’s So Good To Me»

Ron Banks «Truly Bad»

Un nuevo sonido, pegajoso, sexual y con obvios guiños al post-disco del momento – especial atención a la Jacksoniana «Truly Bad»- que sin embargo, jamás querrá enfrentar al de su pasado con los Dramatics. El bueno de Ron  era un artista de la vieja guardia, y como tal, un amante de las estructuras del Rhythm and Blues más clásico, que él mismo había ayudado a desarrollar desde principios de los 70.  Puede que por ello, tracks como «You And Me» o «Let Love Flow», cubran la cuota romántica y de alcoba de un tipo que, finalmente, con la extraordinaria «Love is For Real», parecerá encontrar el perfecto punto intermedio entre los dos discursos que polarizaban su música en esos momentos.

 

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«Truly Bad» debuta un 28 de Enero de 1984 en las listas de Billboard, y los resultados son cualquier cosa menos positivos. Una vez más, el público no parece acabar de entender el giro estético dado por uno de los referentes del R&B de los 70, que una vez más fracasa en su intento de acercarse al público más joven. Ocho semanas en lista y un triste #62  cerrarán definitivamente la puerta al sueño de Banks de establecerse como artista en solitario. Tendrán que pasar varios años hasta que Dramatics regresen con «Somewhere In Time ( A Dramatic Reunion)» (1986, Fantasy) disco a partir del cual continuarán una incesante actividad hasta el mismo fallecimiento de Banks el 4 de Marzo de 2010.  Hoy, en mitad de las absurdas disputas entre su viuda y los miembros restantes de la banda por los jugosos derechos de los añejos éxitos de Dramatics, este viejo «Truly Bad» parece más olvidado que nunca en el magma del R&B de los 80. Aquí estamos nosotros, modestamente, refrescando la memoria.

Por Gonzalo Oya

 

 

 

 

 

 

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FONZI THORNTON : Un Segundón de Primera

HAcia 1983 la revista BillBoard magazine saludaba a Robert Wright como la nueva fuerza emergente de la industria R&B. Wright, perteneciente al entorno de Earth Wind and Fire y antiguo colaborador de Verdine White, tuvó su gran oportunidad al pasar de simple A&R a vicepresidente de RCA para el area de música negra, un curioso cargo muy de aquellos tiempos.

Robert Wright,  «padrino» de Fonzi Thornton en su debut con RCA

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Todo comenzó en 1980. Writgh estrenó despacho trazando un plan maestro, con el que esperaba dominar la escena Rhythm and Blues de la década que comenzaba. Renovó el roster de RCA incorporando un nuevo equipo de producción liderado por los Mighty M de Kashif, Morrie Brown y Paul Laurence, y se lanzó a firmar  nuevos artistas a diestro y siniestro.  Pero Wright era bastante más que un simple ejecutivo. Pronto, comenzó a involucrarse directamente en el desarrollo de sus nuevos fichakes , involucrándose directamente en los proyectos que lanzaría al mercado. Una interesante ristra de referencias, de la que formarían parte nombres como Peter Brown, Glenn Jones o el que sería uno de sus grandes apadrinados, Fonzi Thornton.

Bailongo y guaperas donde los haya, Fonzi Thornton

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Cuentan que la infancia de Fonzi Thornton se forjó entre bambalinas y talent shows de medio pelo.  Un chico de Harlem, que soñaba con convertirse en una estrella del R&B y que, con el paso del tiempo se convertiría en líder de su propio grupo vocal.  Fonzie -banda bautizada en un guiño a su propio nombre y al popular personaje de la serie «Happy Days»– fue la primera referencia con la que empezó a hacerse un nombre en la escena disco-funk underground de NYC.  Su recorrido por diversos locales de la ciudad llama la atención de un viejo amigo de adolescencia llamado Nile Rodgers, que enseguida le recluta para la Chic Organization. Junto Edwards y Rodgers, Thornton participará en álbumes tan emblemáticos como «Risque» (1979) , «Real People» (1980), «Take it Off» (1981),  «Love Somebody Today» de Sister Sledge (1980) o incluso el «Diana» (1980) de Diana Ross. Tres intensos años en los que además será reclutado por Freeze, BBQ Band y su amigo Luther Vandross para realizar el apoyo vocal de sus respectivos álbumes de 1981.

Sin embargo, como a muchos otros músicos de sesión, el infame disco-sucks les explotó en la cara. Un fenómeno del que ya hemos hablado largo y tendido por aqui, y que afectó de manera aun más sangrante a músicos como Thornton.  Modestos trabajadores a sueldo, al fin y al cabo, a quienes la desaceleración de la industria musical negra pondrá en la cola del paro. Así, la crisis -hasta de identidad- generada por el fenómeno anti-musica disco provocará que el teléfono de Thornton comience a sonar mucho menos de lo que debiera.  Tan sólo la ayuda de viejos amigos como Luther Vandross y Nile Rodgers le salvará de un futuro destinado a cantar en odiosos jingles publicitarios.  Su incorporación a las dos giras de Vandross y su participación en el «Tongue in Cheek»  (1982) de Chic, coincidirá en el tiempo con un encargo crucial, que dará un giro a su carrera. Y es que detrás de la llamada que recibe para participar en el «Give it Up» de Pleasure (1982), se encontrará Robert Wright, the man with the master plan. Su participación en el álbum como músico de sesión junto a Kashif provocará que Thornton, por fin,  firme un ansiado contrato discográfico con RCA.

fonzi cover

Apadrinado por Wright, Fonzi Thornton preparó con mimo el que sería su debut discográfico. «The Leader» reunió a viejos amigos como  Luther Vandross, Jocelyn Brown o el dúo Rodgers & Edwards y a nuevos, como Paul Laurence, Kashif o Robert Wright, en un disco con el que RCA pretendía colocarle como la nueva voz masculina del R&B americano. Como intérprete, Thornton pertenecía a esa estirpe de vocalistas de perfil clásico, pero capaces de colocarse en la vanguardia sonora de un género que  se reinventaba por enésima vez.  Con una producción musical oficialmente acreditada a Wright y él mismo, resultará imposible ocultar la influencia real que tendrán en el álbum buena parte de los invitados a la función.  Chicismos como «The Leader», track que dará título al álbum, son fácilmente atribuibles a la presencia de Rodgers & Edwards, a quienes Thornton no dudará en encerrar en el estudio junto a Paul Laurence, Jocelyn Brown y Luther Vandross. La influencia de la fórmula ochentera de Chic saldrá de nuevo a relucir en tracks como la extraordinaria «Sayin’ Goodbye ( To Lonely Nites)« -de nuevo con Luther Vandross en los coros- o la infecciosa «Beverly», probablemente el track más recordado de su carrera. Un maravilloso hit post-disco en clave synth, ya sin Rodgers ni Edwards en los créditos, pero con el inconfundible aroma de su fórmula.

Fonzi Thornton «The Leader»

Fonzi Thornton «Beverly»

«Sayin’ Goodbye ( To Lonely Nites)«

Pero no debemos llevarnos  a engaño. Aunque que el peso de su pasado con Chic es notable en todo el tracklist, no debemos menospreciar la aparición de los dos tercios de Mighty M incluidos en el disco.  No vamos a entrar aqui ahora a discutir la paternidad real de la aportación -musical y creativa, no técnica- llevada a cabo por el trío Kashif, Laurence & Brown en el R&B americano. Aunque tenemos nuestras teorías acerca del equipo Mighty M, y somos más de Paul Laurence que de Kashif, no es momento de divagar al respecto. Sea como fuere,  un track como «(Uh-Oh) There Goes My Heart» resumirá a la perfección no sólo el ideario de Kashif, Laurence y compañía, sino también del plan trazado por Wright. R&B contemporáneo y elegante con un pie en el uso de sintetizadores y otro en el dominio absoluto de la melodía.

Fonzi Thornton «(Uh-Oh) There Goes My Heart» 

Editado en la primavera de 1983, «The Leader» fue recibido con una frialdad que nadie esperaba. Tan sólo «Beverly» funcionará relativamente en los charts, cosechando aun asi un decepcionante #43 en la lista de R&B. Curiosamente, y casi a la vez, su buen amigo Kashif cosechará su primer gran éxito con su debut con Arista ese mismo año, en el que el gran Fonzi también tendrá hueco como cantante. La edición de un segundo álbum como solista » Pumpin’…Let Me Show U How Ta Do It» (1984) , de nuevo con Wright a los mandos, no ayudará a relanzar a un artista que se centrará a partir de aquí en vender su talento al mejor postor. Sería imposible resumir aquí todo lo que ha dado de sí su desigual carrera de mercenario, que incluirá entre sus clientes nombres tan reseñables como Jody Watley, The Jones Girls, The System o R Kelly, junto a los de Robert Palmer, Bruce Springsteen, Michael Bolton o el mismísimo e inefable Garth Brooks.  Money talks, sin duda.

La  reciente redición de «The Leader» realizada por Funkytown Grooves este mismo Agosto,  pone en bandeja de plata el recuperar uno de los más esplendorosos -y olvidados- debuts de la primera mitad de los 80.  No dejes pasar tu oportunidad de hacerlo.

Por: Gonzalo Oya

THE ARMED GANG : Sangy cogió su fusil

Ya lo sabéis de sobra. Kings Of Stage es cualquier cosa menos una wikipedia del funk. Primero porque nos daría verguenza intentar resumir en una pantalla de ordenador carreras e historias que darían para escribir un folletin por entregas. Segundo, y más importante todavía, porque sencillamente nos da pereza escribir sobre obviedades. Así que, cuando se pasó por mi cabeza el recordar una figura como la de Sangy, sólo había una opción posible. Y esa no era desde luego, hablar de su banda :Firefly. No, la verdad es que no estamos por la labor de resumir la discografía y trayectoria de una de las bandas más conocidas y recordadas del Italo. Sí, sin embargo, por rescatar del olvido lo que ocurrió en 1983, año en el que tras tomarse un inesperado respiro, surgirán dos proyectos paralelos únicos en la historia del género: Orlando Johnson and Trance y The Armed Gang.

Maurizio Sanginetto aka Sangy

 sangy 3

Es díficil explicar el parón de Firefly. Al fin y al cabo, tras tres discos de éxito, Sangy, Cavalieri y compañía eran ya una de las más franquicias referencia de Full Time. Al igual que Kano, la banda había logrado plantar la bandera de Italia en la escena disco-funk americana, prioridad absoluta de cualquier proyecto italo-disco. Y aun así, en su mejor momento deciden echar el freno. Unos podrán ver las causas en las propias necesidades de producción de Full Time Records, otros, nos aventuramos a señalar las necesidades creativas de Sangy que, como veremos a continuación pasaban por regresar a su Vicenza natal, fundar su propia compañía y comenzar un proyecto estrictamente personal.

The Armed Gang - Kenny Claiborne And The Armed Gang - 1983

Sangy ha declarado más de una vez que con «The Armed Gang», intentaba completar su disco más «negro» hasta la fecha.  Una aventura surgida en las mismas entrañas del Italo-Disco pero que, formalmente, intentará homologar  con la música que hacía vibrar , según él, las calles de los barrios negros de Estados Unidos. Para ello, se reúne con Flavio Botta, con quien ya había lanzado el single «Stay ( I Need Your Love)» de Matrix ( 1982, Ariola) , que podemos tomar como antecedente directo de todo lo que traerán tan sólo un año más tarde. Juntos trazan un plan maestro que girará en torno a un sólo hombre: James Otis White jr.  White, además de un prodigioso intérprete, era un oficial del ejército americano destinado en Vicenza, a quien Sangy tenía echado el ojo desde sus inicios en la escena local. Un viejo conocido, que atraerá al proyecto a otros dos soldados: Kenny Claiborne y Joe Beach.  Así, se completará una formación íntegramente afroamericana, y que dado su origen militar, se bautizará como The Armed Gang.

Matrix «Stay ( I Need Your Love)»

Sangy afirmó en alguna que otra entrevista que James Otis White Jr era, básicamente, el mejor cantante que había visto jamás en territorio italiano.  Una afirmación que desde luego, pondrán hoy en duda los seguidores de los Orlando Johnson, Jimmy RossGlen White, pero que es fácil de entender escuchando el resultado final de la obra que tenía entre manos.   El prodigioso combo formado por el trío de soldados era justo lo que necesitaba una propuesta post-disco como la de Armed Gang; igual de fresca y desenfadada que la de sus coetáneos en Italia, pero mucho menos soul, y más cercana al R&B contemporáneo.

Sangy, en el centro, junto a Joe Beach y Kenny Claiborne: The Armed Gang

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Un traje sonoro que Sangy produce con la mirada puesta en Estados Unidos, donde a finales de 1982, se editará exclusivamente el 12 pulgadas de «All I Want», uno de los primeros éxitos de la banda. Apadrinados por Tony Valor y Roy B, dos nombres de peso en la escena disco americana del momento, el proyecto es recibido con los brazos abiertos también en Brasil, un país en plena fiebre disco-funk, en el que Sangy llegará asentará también su compañía discográfica: Musix

The Armed Gang «All I Want»

Amparado bajo el paraguas de Panarecord -curioso sello milanés especializado en Italo y electro que llegará a distribuir en Europa material de World Class Wreckin Cru–  el debut en larga duración de Armed Gang se edita finalmente en 1983.  Editado en Italia bajo el nombre de Kenny Claiborne & The Armed Gang, el disco obtendrá discretos resultados frente a su competencia directa: Orlando Johnson and Trance. Y es que efectivamente, Zig-Zag Records decide lanzar su nuevo proyecto «americano» casi a la vez que el de Sangy. Un duelo que, en lo comercial, el «Turn The Music On» de Orlando Johnson se llevará de calle.

The Armed Gang  «Are You Ready»

The Armed Gang «Funky Fever»

  1. Poco puede hacer, la modestia de un proyecto independiente que, sin embargo, llegará a nuestros días convertido en objeto de culto. A ello contribuyen gemas únicas en la historia del Italo-disco como esa oda P-Funk al consumo de cannabis que es «Funky Fever» o himnos discotequeros como «Are You Ready» o «You», que  merecieron mayor atención por parte de las radios y charts europeos.  Una dosis de funk callejero, pegajoso y sexual, que diluirá la influencia de Chic y Nile Rodgers, mezclando con naturalidad los códigos del Italo con los de una boogie music que ya comenzaba a instaurarse como irrefrenable tendencia en Estados Unidos.  Será de nuevo Brasil,  el lugar donde la banda logrará una vez más convertirse en favorita de discotecas y radio-fórmula.

The Armed Gang «Sexy Night»

Como hemos visto, es difícil decidir quien ganó la partida en lo artístico. Analizando la sucesión de los hechos, hasta resulta complicado dilucidar quien movió pieza primero. Baste escuchar los primeros acordes del «Don’t Break Lose» de Orlando Johnson y el «Sexy Night» de The Armed Gang para rastrear la sombra de un aparente plagio. Dos proyectos surgidos de un mismo lugar y creados casi en paralelo con un mismo objetivo. ¿Quien se inspiró en quién? Puede que ni los propios implicados tengan la respuesta.

Por Gonzalo Oya

THE GIRLS: LAS CHICAS MALAS DE ANDRÉ CYMONE

Cuentan que hacia 1981, André  Cymone tuvo claro que debía abandonar el confortable nido de Prince.  Acomodado en el regazo del talento de su amigo de infancia, Andrè llevaba desde mediados de los 70 ejerciendo de fiel gregario del genio.  Tras un año de desavenencias, la creación de The Time y su escaso protagonismo en el proceso creativo del proyecto, convenció a Cymone de la necesidad de salir en busca de su propia fortuna. Su  firma como artista en solitario por Columbia en 1983,  le abrirá las puertas no sólo de su carrera en solitario, sino también la posiblidad de crear sus propias franquicias de laboratorio.

Andre Cymone, creador de The Girls

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Con el éxito de Vanity 6 aun reciente,  y con el debut de las Mary Jane Girls de Rick James ese mismo año, a Cymone no le resultó dificil convencer a los directivos de Columbia. Su plan pasaba por lanzar una girl band con chicas de buen ver, pero de mucho mayor talento vocal y de algo menor edad que las de Prince. Una combinación de sexualidad evidente, pero sin pasarse, frescor juvenil e indudables aptitudes vocales, a las que  Doris Rhodes, Germain Brooks y Sheila Rankin dieron rostro a la perfección.

 

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Con el debut de sus chicas con «Girl Talk» (1984) Cymone pretendía demostrar a todos que era capaz de dirigir un proyecto al margen del Prince Camp, aunque a la vez, ni pudiera ni quisiera renegar de su legado.  A cargo de la producción y composición integra del álbum,  The Girls se convertirá en un mero instrumento más, a través del cual Cymone comenzará a explorar su propia versión del sonido Minneapolis, del que ya no se despegará en toda su carrera. Así, tracks como «Don’t Waste My Time» o «S-S-E-X» , evidentes émulos del «Nasty Girl» de las Vanity 6,  resistirán la comparación con su tórrido modelo, aunque perdiendo algo de fuerza por el camino; la algarabía genital  que para Vanity, Prince y compañía era casi una forma de vida, para Cymone y The Girls resultaba una evidente impostura. Dos ejemplos musicalmente impecables de sonido Minneapolis en clave synth y de mucha mayor calidad vocal que sus supuestos modelos pero que, en su afán por generar comparaciones, Cymone termina por provocar que se le vean en demasía las costuras.

 

The Girls «Don’t Waste My Time»

 

No sorprenderá tampoco, la aproximación pop de tracks como «Women and Men» o «Nu Boy», con las que Cymone parece querer llamar a las puertas de los -por entonces- inaccesibles chart blancos. Al fin y al cabo, por alguna razón, nuestro protagonista siempre ha cargado con la extraña etiqueta-sambenito de «new wave» a sus espaldas.  Sin mayor conexión real con unos Depeche Mode, New Order o Alphaville que su gusto por los looks extravagantes ,  resulta mucho más lógico asumir estos guiños como un peaje más dentro del desarrollo de propio sonido Minneapolis, que Prince llevaba años intentando emparentar, a su manera, con el Pop blanco.

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Con «Someone Shoulda Told Me « , un hipersexual slowjam de evidentes ecos P-funk,  logrará sacar por fin todo el partido posible a un proyecto que sin embargo, fracasará estrepitosamente. Ni hits como «Girl Talk», una auténtica bomba Minneapolis de primera magnitud y claro tema-estandarte del álbum, lograrán salvar la cara de un disco que no importará a casi nadie. Ante el lamentable resultado comercial del disco, Columbia da por cerrada la franquicia, y jamás se volverá a saber nada más de un trío que desde luego, mereció mucha mejor suerte.

The Girls » Someone Shoulda Told Me»

Lastrada por sus deseos de competir con uno de los mayores y más influyentes genios que ha dado la música negra en los últimos 30 años, la primera aventura de Cymone puede que estuviera necesariamente destinada al fracaso. Las comparaciones se hicieron evidentes, y puestos a escoger, el público prefirió quizás quedarse con el original y sus inventos antes que con un, por otra parte, extraordinario daño colateral de la explosión Minneapolis. Aun así, Cymone y sus chicas nos dieron el privilegio de asistir a una de las primeras derivadas explícitas – y completamente ajenas a Prince- de un sonido, el de Cymone, que con su trabajo para artistas como Jody Watley o Jermaine Stewart alcanzará las más altas cotas de excelencia. Pero esa…esa es una historia que ya os hemos contado.

Por Gonzalo Oya.

 

 

 

 

 

SUGAR BABES…ellas lo hicieron antes. Part 1

Hacia la segunda mitad de los 80 el R&B americano abrió la veda del teenxplotation . Con el éxito de proyectos como New Edition o The Jets, MCA lideraba una oleada R&B-Pop por y para adolescentes, que dejó no pocos juguetes rotos por el camino.  Un increible ristra de one-hit wonders o incluso no-hit wonders, que navegaron a la deriva desde entonces, perdidos en el recuerdo de una época irrepetible. Ninguneados todavía hoy por la miopía de muchos aficionados al género,  el recuperar y reivindicar la historia de grupos como Sugar Babes es para nosotros una de las cosas que dan sentido a la creación de este foro.

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Bajo la supervisión de Loul Silas Jr – el hombre para todo de MCA en aquellos momentos- Patrice LydiaStacie Irvin y Kimiko Whittaker son reunidas  para convertirse en la nueva apuesta teen del sello. Un mero proyecto de laboratorio, con el que MCA pretendía inaugurar una nueva franquicia a imagen y semejanza de New Edition en versión femenina.  Para ello, encargan a Rick Timas y Vincent Bradley, ex miembros de Network y responsables en buena medida del sonido de New Edition en aquel entonces – con hits tan emblemáticos como «Cool It Now» en su haber- el desarrollar el concepto musical del grupo. Un melange de post-boogie, actitud callejera y notables ecos al trabajo de Jam & Lewis, que cristalizará en el magnífico «Sugar Babes» (MCA) , que verá la luz en 1987.  Mucho más preocupados por desarrollar una propuesta con entidad propia que por recrear los clichés que ellos mismos habían aportado a New Edition,  Timas & Bradley ofrecerán con su trabajo algunas de las más estimulantes gemas olvidadas del R&B de los segundos 80. Así, sin apenas hacer ruido y beneficiándose del talento de la dupla de productores, el trío será uno de esos proyectos adolescentes que lograrán superar con creces los aparentes límites de su propia modestia conceptual.

Sugar Banes «We Rock The Beat»

Con Singles como «We Rock The Beat» , con un curioso guiño en forma de sample Barkaysiano que sólo captarán los más avezados , «I’ll Educate You (On My Love)»  a MCA le resulta muy fácil popularizar el proyecto entre el público adolescente.  Con un registro vocal y un concepto que anticipa en cierto modo el de proyectos como TLC o artistas como Aaliyah, el trío se colocará en las antípodas del divismo soul de las En Vogue que irrumpirán unos años más tarde.

La de Sugar Babes es una apuesta por la inmediatez, por la frescura de tres  adolescentes de barrio que al igual que una Cherrelle, se decidirán a  explorar una vía vocal alejada de los clichés del Rhythm and Blues clásico, algo que el tiempo demostrará  fundamental en la futura evolución del género. Un perfecto equilibrio entre la declarada falta de pretensiones del proyecto y la excelencia de los resultados obtenidos, en el que tracks tan efectivos como «Teenage Holyday» o «He’s The One», las dos más Teen y New Edition del disco, servirán de perfecto contrapunto a la increíble estilización de temas como «The First Play» , el gran banger del álbum, o  «The Perfect Kind Of Love», donde exhibirán con sus mejores galas la notable influencia que los Jam & Lewis de Tabú y SOS Band tienen en el desarrollo sonoro del proyecto.

Sugar Babes «The Perfect Kind Of Love»

Sugar Babes «The First Play»

Sin embargo, a pesar de tan excelentes mimbres, el resultado no cumple ni de lejos las expectativas comerciales de RCA.  Convertidas en un simple producto adolescente más, el trío se pierde en la listas de Billboard y como proyecto morirá con tan sólo este disco como legado.  Trabajando como compositoras e intérpretes de sesión para MCA desde entonces, su esfuerzo se verá recompensando pocos años después, con una nueva oportunidad en 1990, esta vez como dúo. Con «Paradise» ( 1990, MCA) Kimiko y Stacye nos regalarán otra de esas joyas incunables del New Jack Swing, que como ya habréis adivinado, analizaremos muy pronto en nuestra próxima entrega. Permanezcan en sintonía….

Por Gonzalo Oya

ADC BAND: «Roll With The Punches»

Hace tiempo, en una de nuestras habituales y bizantinas conversaciones, los responsables de este foro nos percatamos del poco interés masivo que suele generar el legado de ADC Band.  Yendo más allá en nuestra reflexión, no dejó de sorprendernos que Rhino, propietaria de un amplio catálogo que incluye la discografía completa de la banda de Detroit, jamás se haya dignado a lanzar ni un triste recopilatorio.  No nos incumbe las razones de este ostracismo discográfico, aunque no deja de llamarnos  la atención el relativamente escaso predicamento de la banda entre la parroquia funkateer del nuevo siglo.  Teniendo muy claro que estamos hablando de uno de los mejores ejemplos del sonido P-Funk surgidos  al margen de la nave nodriza del Dr Funkenstein, era obligatorio detenerse tarde o temprano en su música.

ADC Band, en su etapa como Nazty

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Desde sus primeras aventuras en clave Black Rock/Funk de principios de los 70 como Black Nasty/ The Nazty hasta la orgía P-Funk / Disco-Funk de su última referencia como ADC Band, su relación con el legado de Clinton y compañía fue siempre evidente.  Sin embargo, al igual que en el caso de un General Caine – de quien ya hablaremos próximamente en estas páginas- o incluso Spunk,la banda siempre mantendría a una curiosa y prudente distancia con respecto a los creadores del invento.

Formada por dos de los hijos de Johnnie Mae Matthews, para muchos la gran impulsora de la escena Soul de Detroit, la banda recaló ya rebautizada como ADC Band en Cotillion Records en 1978.  Su debut con la subsidaria de Atlantic fue inmejorable. El éxito del single «Long Stroke» , todo un número 6 en listas R&B, convirtió su álbum homónimo de 1978 en un disco-funk favorite de la época. Con la mater familias Johnnie Mae Matthews luciendo galones a los mandos del proyecto en los primeros dos álbumes del grupo : » Long Stroke» (1978 ) y «Talk that Stuff» (1979), la banda solidifica un rocoso status en la escena discofunkera, que no se resentirá con la paulatina retirada de la matriarca. De hecho, la incorporación de otros ilustres de Cotillon Records como Mass Production en las labores de producción, dará como resultado los excelentes «Renaissance» (1980) y «Brother Luck» (1981).  «Roll With The Punches» ( 1982) , el álbum que hoy nos ocupa, será el proyecto que cierre definitivamente su década creativa en la industria.

 

adc band

«Roll With The Punches» (1982) llega al público en uno de los momentos más convulsos de la historia de la música negra. La muerte de lo «disco» como etiqueta es un hecho, y el combo Parliament-Funkadelic ya ha dejado de existir como banda. Con la desaparición de la principal franquicia P-Funk, el movimiento se atomiza y el sonido comienza a crear sus propias derivadas con la irrupción del Hip Hop y el electro-funk.

Puede que por ello, lo primero que sorprenda de «Roll With The Punches» sea su absoluta ortodoxia. Una propuesta P-Funk a la antigua usanza, en el que ADC Band  decide obviar por completo la influencia electro o synth-funk que Clinton acaba de abrazar ese mismo año en «Computer Games» (1982). Pero, que nadie se equivoque.  Lejos de convertirse en un lastre o elemento negativo, los Matthews y compañía lograrán convertir su propuesta de P-Funk orgánico uno de los mejores – y más infravalorados- terremotos P-Funk de los primeros 80. Con dos Fatback Band como el gran Bill Curtis y Gerry Thomas al frente de la producción, la excelencia musical estaba lógicamente garantizada.  Ambos confeccionan un tracklist prácticamente perfecto, muy emparentado con el «On The Floor» de Fatback  de ese mismo año pero que, a la vez, logra mantener la identidad de ADC Band intacta.

 

ADC  Band Roll With The Punches

 

ADC  Band  «Girls»

 

ADC  Band «You Are My Angel»

 

Desde el primer track, ese «Roll With The Punches» que da título al álbum, las cartas de ADC Band se ponen encima de la mesa. Funk pegajoso, duro y sin concesiones que evoca directamente los mejores pasajes del P-Funk en su forma más genuina. Una formación clásica en la que, como hemos visto, a duras penas veremos asomarse la influencia electro y que, sin embargo, logra mantener su frescura intacta. ¿Como? Principalmente debido a la terrible fuerza que transmite el extraordinario trabajo de producción de Curtis y Thomas, unido al claro concepto musical manejado por la familia Matthews. No ha lugar al crossover, en mitad de bombas P-Funk como «So Good» , «U-Funk-Ula»«Girls» o incluso en «Little Taste Of Love» donde por momentos también se deja caer la influencia de Steve Arrington y Slave, otra de las referencias obvias en la carrera de ADC Band.  Incluso una balada como «You Are My Angel» , tan influida por Bootsy y los hipersexuados slow-jams de Parlet, pasará el corte con nota.

Sin embargo, y a pesar de su excelencia, la ortodoxia de la propuesta no es muy bien recibida. ADC Band estaba lejos de ser una auténtica franquicia, con lo que este «Roll With The Punches» cogió a contrapié a casi todo el mundo. Puede que con el poder de una «marca» identificativa de éxito a sus espaldas -como fue el caso de Fatback , por ejemplo- público e industria hubieran prestado más atención a una proyecto tan único como este.  Después de 32 años, la reedición realizada  este mismo año por Atlantic / Rhino te pone en bandeja el recuperarlo. No dejes pasar la oportunidad.

 

Por Gonzalo Oya