Como si de un viejo alquimista se tratara, Jacques Petrus se pasó la primera mitad de los años 80 encerrado en su laboratorio, en búsqueda de su particular piedra filosofal disco-funk. Ya os hemos contado en más de una ocasión sus apasionantes aventuras musicales a caballo entre Italia y Estados Unidos, sus tratos con la mafia y el trágico final de su vida, así que tranquilos; no vamos a repetirnos. Sin embargo, una historia como la suya, siempre esconde capítulos que como el de hoy, merecen ser recordados y reivindicados desde estas páginas.
La historia de Zinc corre en realidad, paralela a la de High Fashion, unos viejos conocidos para los habituales de estas páginas. Surgidos a la vez, y grabados casi al mismo tiempo en 1981, ambos proyectos formaban parte de esa dinámica de producción en cadena que tanto gustaba a Petrus, un tipo empeñado, como ya señalamos en su día, en continuar la senda de éxito marcada por B.B. & Q. Band o Change. En su plan ideal, distintos proyectos salidos de la factoría Little Macho se venderían a distintos labels y estarían compitiendo en las listas de éxito R&B por hacerse con el número uno. Y ese año, con discos como los de Change ( «Share Your Love») , High Fashion ( «Feelin’ Lucky), BBQ Band ( «All Night Long») y Zinc ( «Street Level» ) su sueño parecía más cerca que nunca de hacerse realidad. Reclutando a su equipo de músicos italianos habitual con Malavasi y Romaní al frente, junto a algún que otro músico de Change, Kashif o nuestro viejo amigo Fonzi Thornton, Zinc incoporará finalmente a Gordon Grody como intérprete principal. Grody, un inefable rubiales que había tenido su oportunidad en plena explosión disco con aquel «Exclusively Yours» (1977) , era entonces un eficiente cantante de sesión capaz de cantar al lado, literalmente, Gene Simmons o Steely Dan sin que se le moviera un pelo del flequillo. Su voz, con un registro mucho más neutro y menos R&B que la del Eric McClinton de High Fashion, parecía adecuada para que Malavasi diera rienda suelta a todos los experimentos sonoros que dado el perfil negro del label que le pagaba, rara vez tenía ocasión de explorar.Por ello, el disco de Zinc es probablemente, uno de los más curiosos salidos de la factoría Little Macho.
Una imagen reciente de Mauro Malavasi, la mente detrás de Zinc.
Llevando el peso de casi toda la composición, en detrimento de Kashif -que, como ya sabemos, si tendrá un mayor peso en High Fashion- Malavasi se atreverá con tracks como «I’ll Never Stop» o «Livin’ In The Boogie Now», a introducirse en las pantanosas aguas del Pop Estándar al más puro estilo Huey Lewis y el peor pseudoreggae blanco. Dos fallidos intentos de ofrecer variantes a una fórmula italo-disco funk, que a pesar de funcionar a las mil maravillas, parecía ya cansarle. Mucho más acertado resultará en cambio, su encuentro con Kashif en una bomba post-disco como ese «Street Level» que dará título al álbum; un track sexy, duro y nocturno, pero a la vez, repleto de esos ricos matices y elegancia que caracterizaba a su sonido. Carne de club y pista de baile, que en definitiva, era el terreno en el que por más que le pesara, más brillaba su talento. Tampoco podemos perder de vista su trabajo junto a Fonzi en temas como «This Is Where The Love Is» -un Chicismo en su más pura expresión- o ese «Punkulation» , donde junto al gran Davide Romaní al bajo y un especialmente inspirado Gordon Grody, acaricará las melodías y la carnosidad del sonido P-Funk. «Amazon», uno de los temas que cierra el disco, volverá a intentar combinar elementos caribeños, Disco y Pop en un apuesta apreciable pero que en realidad, poco pinta en mitad de un proyecto como el que tenía entre manos.
Zinc – «Street Level»
Zinc- «This Is Where The Love Is»
Zinc – «Punklation»
Zinc- I’m livin’ a life of love»
Hoy, son muchos los que ven en este «Street Level» el fin de una era dentro del Italo Disco, al certificarse la ruptura del tridente Malavasi -Romaní-Petrus. El fracaso del proyecto y, por extensión, de los experimentos de Malavasi, acelerará su marcha de Little Macho, que continuará como compañía a pleno rendimiento en su misión de conquistar Ámerica para el Italodisco. La edición de «I’m livin’ a life of love» (1983) un último 12 » de perfil bajo, esta vez con Kevin Robinson ( viejo conocido de Change o BBQ Band) como voz principal, cerrará la historia de Zinc en el género. Un maravilloso estándar disco ya sin Malavasi en nómina y que, según cuentan, debería haber ido a parar al álbum de BBQ Band. Injustamente despreciado por los fans más acérrimos del italiano, el track cierra de la mejor manera posible la breve historia de una banda con infinitas posibilidades pero que, los ataques de superproductor de Malavasi unida a la escasa paciencia de Petrus, destruyeron antes de tiempo.