SHANNON: Do You Wanna Get Away

Como casi todos los sambenitos, el de One Hit Wonder es terriblemente injusto.  Shannon se lo ganó gracias al descomunal éxito mundial de un single  como «Let The Music Play«, probablemente el primer hit global de la historia del freestyle.  La edición de su disco debut, del que se cumplieron el pasado Febrero 30 años, la convirtió en una efímera promesa del R&B de los 80. Incapaz de repetir un éxito semejante,  su carrera se diluyó hacia finales de esa década. Hasta aquí la historia oficial. Esa, según la cual Shannon no es más que otra olvidada estrella de los 80, carne de recopilatorio y concierto tributo para nostálgicos. No hay que rebuscar mucho, sin embargo, para descubir las joyas que Shannon Brenda Greene nos dejó tras la explosión del «Let The Music Play».

 

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Si hubiera que buscar una clave en la música de Shannon, esa sería la presencia de Chris Barbosa y Mark Ligget. Ellos la descubrieron como miembro del New York Jazz Ensemble, decidieron lanzarla como su franquicia R&B, y marcaron de principio a fin su sonido.  Para Barbosa, un joven productor asociado a la incipiente escena freestyle, y para Ligget, que ya había incado el diente a la escena Italo con su curiosa aportación al excéntrico «Cinque» (1984) de Filipponio, Shannon se convirtió en un regalo caído del cielo. Su incontestable talento vocal y su espectacular físico, eran la guinda que ambos buscaban para su nuevo proyecto. A medio camino entre el Latin Freestyle de Florida y las texturas del Italo, ambos crearon un sonido único para su debut en «Let The Music Play» (1984) y del que «Do You Wanna Get Away»  no tardaría en convertirse en secuela perfecta.

 

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Es evidente que «Do You Wanna Get Away» (1985) fue un fracaso. A pesar de transitar por los mismos caminos que su predecesor, fue incapaz de igualar su éxito. Menospreciado y olvidado en el magma musical de los años 80, el disco esconde sin embargo algunos de los mejores momentos en la carrera de Shannon. Con una estructura similar a la de su anterior propuesta,  «Do You Wanna Get Away» gira en torno a un tema estandarte, un hit homónimo,  del que se derivan no pocas joyas en un álbum que sin duda, merece ser rescatado del olvido.

 

Shannon «Do You Wanna Get Away»

 

Shannon «Stop The Noise»

 

Shannon «Stronger Toghether (Dub)»

 

 

Adelantando la posterior fiebre High Energy, Barbosa y Ligget ofrecen con ese «Do You Wanna Get Away» que da nombre al álbum, una de las primeras encarnaciones americanas del género.  Más cerca del Italo que del Freestyle, la hibridación propuesta por el combo de productores da como resultado una auténtica bomba, con buena parte de los ingredientes que harán del sonido High Energy un fenómeno a nivel mundial. Un invento quizás demasiado osado para las listas americanas, que reaccionarán con frialdad ante el single. Mucho más ortodoxos resultan tracks como «Stop The Noise», con una evidente influencia de la Madonna R&B del momento, o el fantástico  «Stronger Toghether», el segundo single del disco. Un track  R&B en su más pura expresión,  con notables influencias de S.O.S Band en su etapa Jam & Lewis, y donde Shannon da toda la sensación de querer emular a Mary Davis.  Una «moderación» de discurso que sorprenderá a quien se acerque al disco, y que sin duda redimensiona la figura de una artista a la que la historia a etiquetado de una manera muy reduccionista. Resulta muy díficil afirmar que «Do You Wanna Get Away» es un disco en clave freestyle, y mucho más aun que Shannon fuera una artista ligada estrictamente a este movimiento.  Basta escuchar, un tema como «Let Me See Your Body Move», otro de los highlights del disco y el único no producido por Ligget & Barbosa,  para comprobar lo cómodo que le resultaba el ortodoxo traje del boogie-funk a nuestra protagonista.

 

Shannon «Let Me See Your Body Move»

 

Una compensada lucha entre la ortodoxia que parecía  transmitir Shannon y ese sonido europeo en el que sus mentores querían hacerla navegar, que a pesar de su indudable interés creativo no funcionó,en lo comercial, como todos esperaban.  El disco entra por los pelos en el Top 40 R&B de Billboard y se hunde por completo en la lista de ventas general, lo que deja muy poco satisfechos a los ejecutivos de Atlantic. Exigiendo un mayor control creativo, Shannon se convierte en productora ejecutiva de su siguiente álbum, en el que  la aportación de la pareja Ligget & Barbosa perderá mucho peso.  Ni la presencia de Patrick Adams, salvará finalmente del  fracaso a «Love Goes All The Way» (1986), que no logrará colar ni un sólo single en listas de éxitos. Un batacazo definitivo, y con el que Shannon pondrá un largo punto y a parte a su carrera.

Durante años convertida en carne de recopilatorio de gasolinera, y con sus discos acumulando polvo en las cubetas de los rastros de medio mundo, Shannon lleva 20 años agitando el recuerdo de su único éxito masivo.  «Let The Music Play» sigue siendo el motivo por el que muchos le recuerdan, y ella misma parece empeñada en que éste sea el único objeto de culto de su legado.No pasa nada. Aqui estamos nosotros para recordar el resto.

 

Gonzalo Oya