Pocas presentaciones necesita a estas alturas alguien como Howard Hewett. Músico, compositor y vocalista archiconocido gracias a su paso por Shalamar junto a la irrepetible Jody Watley y el inefable bailón Jeffery Daniel , la de Hewett es una historia de largo recorrido desde Shalamar, a sus continuos intentos por ser el next Marvin Gaye hasta llegar a nuestros días convertido en una vieja gloria que gestiona su legado en conciertos para nostálgicos.
Jeffery Daniel, la increíble Jody Watley y Howard Hewett: Shalamar
Nacido en el estado de Ohio, Hewett se muda a Los Angeles decidido a relanzar su carrera musica hasta entonces centrada en el mundo de la música Gospel. Gracias a su trabajo en Soultrain, enseguida se hace un rostro popular en el mundo de la noche angelina y el vibrante circuito de clubs del area de Crenshaw de principios de los 80. De esta manera es como entra en contacto y entabla amistad con sus futuros compañeros Jody Watley y Jeffery Daniel, que ya comenzaban su carrera como Shalamar. El destino quiso que, en mitad de una gira promocional Shalamar necesitara un vocalista/figurante para sus actuaciones. Ante lo urgente de la situación Jody Watley llama a su amigo Howard Hewett para que haga playback y baile durante una actuación del grupo en una televisión local. De esta manera, y por pura casualidad, Hewett continúa la gira con Shalamar, que nada más regresar a Los Angeles, deciden incorporarlo como nuevo miembro del grupo.
Howard Hewett, en la actualidad, convertido en un auténtico «viejoven»
El resto es historia de sobra conocida. Leon Sylvers los encierra en el estudio y juntos completan «Big Fun», el que será tercer disco de Shalamar tras dos trabajos previos de discreta acogida. Big Fun supondrá un rotundo éxito, y provocará el que Hewett se convierta en el vocalista masculino del grupo durante 6 largos años.
En 1985 el grupo se disuelve, y tanto Hewett como Watley se lanzan con sus respectivas carreras en solitario. Hewett, decidido a presentarse como una nueva estrella de R&B adulto y clásico, firma un acuerdo con Elektra para su disco debut que verá la luz en 1986. Pero la vida de Hewett tiene poco que ver con la imagen de serenidad y seriedad que intentará transmitir con su música. Una vida de excesos y cocaína que tendrá una primera llamada de atención con su detención en Miami junto a su novia, acusados de posesión de cocaina con intención de venta, lo que provocará que esté a punto de entrar en prisión en 1985. En mitad de toda esta vorágine vital y legal, Hewett completa su álbum «I Commit to love» que verá la luz justo un año después.
Con este álbum Hewett intentará afianzar su posición en la escena, más allá de la alargada sombra de Shalamar, algo que a duras penas conseguirá. Su estilo, que vocalmente recuerda lejanamente a su venerado Marvin Gaye, se mueve musicalmente en el blando terreno del crossover R&B-Pop. Una a priori peligrosa fórmula que sin embargo maneja con relativa habilidad, dejando al menos grandes tracks como «Stay» , medios tiempos á la Gap Band como «I Got to go» -producida por el gran George Duke– o «I Commit to love» e incluso un banger como «In a crazy way» , sin duda de lo mejor del álbum. Sin embargo, curiosamente será el melifluo «Im for real»,producido por Stanley Clarke, el track que finalmente alcance el N 1 en las listas de R&B.
Howard Hewett » I got to go»
Howard Hewett «In a crazy way»
Para su siguiente trabajo, el bueno de Howard reincidirá en la fórmula, convencido de que en el Crossover Pop está el secreto del éxito. Y esto, en mitad de una escena revolucionada por la influencia del Hip Hop y con el New Jack Swing llamando a la puerta, era un planteamiento cuanto menos, osado.
«Forever and Ever» , editado en 1988 está considerado por muchos como el último gran trabajo de Hewett. En él nos encontramos grandes momentos como » You’ll Find another man» o «Shakin’ my Emotion» , un claro ejemplo de lo bien que podría haberse adaptado a los nuevos tiempos del R&B si hubiese querido.
Howard Hewett «You’ll Find Another Man»
Sin embargo, salta a la vista que nuestro protagonista se ve mucho más cómodo en aburridos baladones como «Forever and ever» o «Good Bye Good Friend». Un trabajo fiel reflejo de lo que fue la carrera de Howard Hewett en solitario. Indeciso y balbuceante, Hewett parece sin un rumbo sonoro claro y muchas veces da la sensación de estar en mitad de ninguna parte, entre la realidad del género urbano del momento, y sus deseos de ser ese gran baladista soul que probablemente soñaba desde su infancia.
La carrera de Hewett ha continuado sin pena ni gloria hasta nuestros días, donde se ha convertido en uno de esos artistas que explota sin remilgos su legado en forma de actuaciones para los nostalgicos de los años 80.
Con el talento y la planta adecuada para ser una estrella global, Hewett nos dejó una carrera en solitario que sin duda nunca estuvo a la altura de su paso por Shalamar, pero que sí nos regaló algunos pequeños grandes momentos en sus dos primeros discos, que hoy deben ser recuperados y reivindicados.
Autor: GEE