RON BANKS: Amor, sexo y boogie

Ser líder  de uno de los grupos vocales de referencia del R&B americano tiene sus ventajas. Como la de que nada más anuncies que abandonas tu grupo de toda la vida, los sellos hagan cola para firmar tu próxima referencia.  Esto fue lo que le ocurrió al bueno de Ron Banks cuando puso en conocimiento de Capitol que el proyecto Dramatics entraba en coma.   «New Dimension» (1982), un álbum tan meritorio en lo artístico como estrepitoso fracaso en lo comercial, había intentado sin éxito poner freno al irreversible proceso de descomposición de una banda que sus propios miembros consideraban estancada.  Para el Banks productor e intérprete, le renovación de contenidos, look y sonido era algo imperioso en pleno 1982, con o sin la franquicia Dramatics como respaldo.  No debe extrañar por tanto, que convirtiera entonces, el fracaso de «New Horizon» en la oportunidad que esperaba para explorar sus nuevas ideas con plena libertad creativa.

Ron Banks, lider de los Dramatics

Ron Banks

Así, a finales de 1982 y con el respaldo de CBS, Ron Banks pone en marcha «Truly Bad», su ansiado proyecto en solitario.  Con el peso de la producción a su cargo, se lanzará sin tapujos a explorar un sonido fresco y directo, mucho más cercano a los canónes del boogie-funk que del R&B clásico, y en el que por fin su legendario falsetto logrará verse cómodo, brillando en todo su esplendor.  Sea por la influencia de Ray Johnson – para muchos, el principal revulsivo en la renovación de sonido de Dramatics y Banks en aquellos años- o por méritos de la propia estrella de la función, el disco dejará bangers club como «She’s So Good To Me»  o joyas synth funk como la muy barkeysiana «Zap», auténtico High-light no sólo del disco, sino probablemente de toda la carrera de Banks. Liberado del culto a las armonías vocales y del peso que hasta entonces habían tenido los planteamientos estéticos del R&B clásico en su música, el ex Dramatic abandona las florituras vocales del amor cortés y se atreverá con una lúbrica celebración del hedonismo funk, destinada a explotar en el dancefloor más cercano.

Ron Banks «Zap»

Ron Banks «She’s So Good To Me»

Ron Banks «Truly Bad»

Un nuevo sonido, pegajoso, sexual y con obvios guiños al post-disco del momento – especial atención a la Jacksoniana «Truly Bad»- que sin embargo, jamás querrá enfrentar al de su pasado con los Dramatics. El bueno de Ron  era un artista de la vieja guardia, y como tal, un amante de las estructuras del Rhythm and Blues más clásico, que él mismo había ayudado a desarrollar desde principios de los 70.  Puede que por ello, tracks como «You And Me» o «Let Love Flow», cubran la cuota romántica y de alcoba de un tipo que, finalmente, con la extraordinaria «Love is For Real», parecerá encontrar el perfecto punto intermedio entre los dos discursos que polarizaban su música en esos momentos.

 

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«Truly Bad» debuta un 28 de Enero de 1984 en las listas de Billboard, y los resultados son cualquier cosa menos positivos. Una vez más, el público no parece acabar de entender el giro estético dado por uno de los referentes del R&B de los 70, que una vez más fracasa en su intento de acercarse al público más joven. Ocho semanas en lista y un triste #62  cerrarán definitivamente la puerta al sueño de Banks de establecerse como artista en solitario. Tendrán que pasar varios años hasta que Dramatics regresen con «Somewhere In Time ( A Dramatic Reunion)» (1986, Fantasy) disco a partir del cual continuarán una incesante actividad hasta el mismo fallecimiento de Banks el 4 de Marzo de 2010.  Hoy, en mitad de las absurdas disputas entre su viuda y los miembros restantes de la banda por los jugosos derechos de los añejos éxitos de Dramatics, este viejo «Truly Bad» parece más olvidado que nunca en el magma del R&B de los 80. Aquí estamos nosotros, modestamente, refrescando la memoria.

Por Gonzalo Oya

 

 

 

 

 

 

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JORDAN F SLIPSTREAM

Hace tiempo que el nombre de Jordan F está subrayado en las agendas de todos los seguidores de Rosso Corsa Records. El australiano lleva desde 2011 asociado al sello de Austin con  Eps como aquel «Definitely Miami» (2011), y reclamando un lugar de referencia en la escena dreamwave, synthwave y todos los waves que sean menester. Pero ha sido sin duda, con la edición el pasado Septiembre de su álbum debut «Slipstream» (2014) con la que ha confirmado que estamos ante uno de los creadores más interesantes de este subgénero.

slipstream

Como mandan los clichés del outrun, «Slipstream» se nos presenta como la enésima colección de canciones que pretende erigirse en capítulos sonoros de una película imaginaria. Así, Jordan F nos acerca a un universo que liga, a través de los mismos títulos de los tracks, a la cosmología cyberpunk de autores como William Gibson y al hoy retrofuturismo del cine de serie b de los 80.  Títulos como «Abandoned Streets» o «Hologram Rose» -la más explícita referencia al universo Gibson del álbum- juegan con unas atmósferas que se mantienen fieles a esa nostalgia ochentera naif tan propia del outrun pero a la que, sin embargo, es capaz de dar una certera vuelta de tuerca. De manera consciente o inconsciente, “Slipstream” transmite la sensación de alguien que se obliga a si mismo a moverse en los márgenes de un subgénero que sin embargo, puede que se le haya quedado algo pequeño.

Jordan F  «So Close»

Por suerte, su soberbia capacidad para la melodía es la encargada de marcar la diferencia, y ella será la que, a medida que avance el tracklist, volará libre y deshará de muchos de los clichés que asocian esta propuesta a la marca Rosso Corsa. Así será como, al igual que en «Freefall» (2014), el extraordinario EP que precede a este álbum, Jordan F muestre una inequívoca querencia por acercar su música al  ItaloDisco y al High Energy en su más pura expresión, cuyos códigos incorporará con habilidad aun discurso que en todo caso, huirá del revival.  El híbrido que dará como resultado no puede ser más estimulante. Aunque en esta ocasión no podremos disfrutar de la aportación vocal de Rromarin, la excelencia instrumental de nuestro protagonista nos hará evadirnos a través de una orgía de melodías y sintetizadores , que no disimula en relacionar con el legado de clásicos como Turatti & Chieregato en tracks como la oscura «Night Wave» -que tanto debe al sonido Den Harrow– o con el delicioso aroma queer que desprenden tracks como «So Close», a medio camino entre la potencia Freestyle-Pop de un Chris Barbosa y el exploit Hi Energy de Ricky Wilde.

Escucha «Slipstream»

Dispuesto a llevar la contraria a los que se empeñan en poner el certificado de defunción al sonido outrun, Garret Hays y su Rosso Corsa records continúan lanzando a artistas y proyectos que merecen mucho la pena. Jordan F y su «Slipstream» es la última gran noticia de un sonido que por lo que se ve, aun guarda ases en la manga.

Gonzalo Oya

DUNN AND BRUCE STREET: El Último Negocio de Dekavi Records

En 1979 los O’Jays eran todavía un grupo de éxito. Tanto, como para conseguir el que sería su último disco de platino con aquel «Identify Yourself». Ocho años hacía ya que Bobby Massey había abandonado el grupo, y su carrera se había mantenido fiel a Ohio, su estado natal. Limitado a desarrollar bandas locales como S.O.U.L o los Imperial Wonders, o crear éxitos menores de la época como aquel «Bound» (1971) de los Ponderosa Twins,  recientemente revisitado sui generis por Kanye West y Charlie Wilson en su «Bound 2», nada hacía pensar que se decidiera a fundar su propio sello.

Ponderosa Twins, uno de los primeros proyectos apadrinados por Bobby Massey

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La casualidad quiso que, en aquel 1979, un viejo amigo suyo de Cleveland llamado Dunn Pearson JR. brillara como músico de sesión en el disco de su antigua banda.  No sabemos si tuvo mucho o poco que ver la presencia de Pearson en el exitoso disco de los O’Jays para que Massey se decidiera a fundar su propio sello, pero lo cierto es que, ese mismo año Devaki Records se convierte en una realidad.  Un producto 100 % Cleveland en el que incoroporará a un fantástico puñado de viejos amigos, entre los que estarán nombres como Al Boyd, Russel Evans -que ayudarán a formar Truth para Massey- o Bruce Gray y Dunn Pearson Jr, los protagonistas de nuestra historia de hoy.

Dunn Pearson y Bruce Gray

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La aventura del dúo Gray-Pearson comienza por separado y casi a la vez, en la segunda mitad de los 70. Detenerse en el trabajo de Bruce Gray en esos momentos es pasar lista a las principales referencias de la música negra del momento.  Nombres como Temptations, The Trammps, Atlantic Star, Four Tops,…son algunos de los que con frecuencia recurrirán a sus servicios como músico o arreglista al mejor postor.  Por su parte, Pearson hará lo suyo colaborando habitualmente con proyectos de perfil algo más bajo –Wild Cherry entre otros- hasta que finalmente en 1979,  recibe una llamada de para incorporarse al nuevo proyecto de los O’Jays.

Como ya hemos señalado, puede que animado por el éxito de su amigo con su vieja banda, Bobby Massey convence ese mismo año a Dunn para convertirse en su mano derecha al frende de Devaki Records. Así, ambos ponen en marcha Truth, el primer proyecto de laboratorio del sello, organizando un combo que incluirá a miembros de los Imperial Wonders y S.O.U.L . El escaso recorrido de la banda -un interesante proyecto de disco-soul a la antigua usanza algo fuera de lugar en pleno 1980- no desanima a Massey, que recompensa a Dunn con la posibilidad de poner en marcha su propio grupo de laboratorio bajo el amparo del label.  En uno de esos casos de timing perfecto, Dunn es requerido casi a la vez para participar en «She’s Back And Ready» (1980) el debut en solitario  de Patryce Banks , vocalista de Graham Central Station.  Durante las sesiones del álbum coincidirá con Bruce Gray, con quien conectará rapidamente. Entre toma y toma, ambos dan forma a la idea de unirse como dúo aprovechando el paragüas discográfico de Devaki Records: Dunn and Bruce Street acababa de nacer.

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Desgraciadamente, «Official Bussiness» (1982) será la única referencia que edite el dúo. Desde la misma portada y título, ambos se presentan como lo que son. Dos tipos eficientes y elegantes, lanzados al R&B/ funk de traje, copa y puro. Sin embargo, no habrá nada de conservador en una propuesta que incorporará con naturalidad elementos del P-Funk a la receta.  En una línea muy deudora de la fórmula Mtume, synth-driven tracks como «Mt. You (Up On The Hill)» o «Shout For Joy», demuestran la solvencia del dúo para encontrar, con su trabajo de producción, un carnoso punto medio entre la fuerza del P-Funk y la elegancia de un R&B clásico que, en lo vocal, jamás abandonarán como referencia. Incluso la presencia de alguien como Tawatha Agee, parece confirmar la teoría acerca del interés del dúo por relacionar su sonido con el del gran James Mtume.

Dunn & Bruce Street «Shout Of Joy»

Dunn & Bruce Street «Mt. You (Up On The Hill)»

Dunn & Bruce Street «Yearnin’ & Burnin’ «

Pero más allá de las comparaciones, «Official Bussiness» dará sobre todo libertad a dos tipos durante demasiados años atados a la creatividad de otros. Con los galones de productor más que ganados, no dudarán en incluir deliciosos Chicismos como ese «I Owe To Me», minuciosos ejercicios disco-funk de cierto aroma Bar Kays como «More Than You Know»,  y sobre todo, tracks tan extraordinarios como «Yearnin’ & Burnin’ «.  Un tema prácticamente instrumental -tan sólo coloreado por los destellos vocales de Tawatha- que ofrece seguramente, la cara más personal de un ideario musical que moverán entre los ambientes del funk, el jazz y el R&B. Slowjams tan Philadelphia como «Take Me Away» o «Let Me Learn», cerrarán un tracklist repleto de hallazgos, como será la sorprendente presencia de Fonzi Thornton como vocalista invitado.

Dunn & Bruce Street en los 80, tocando en directo «Shout Of Joy»

A pesar del arsenal con el que Dunn & Bruce Street desembarca en la escena, la edición del disco no importa a casi nadie.  La edición de un slowjam como «If You Come With Me» como primer single del álbum – #46 en el chart de R&B- no ayudará demasiado a popularizar un disco al que ni siquiera un banger como «Shout Of Joy», ayudará  a despegar en las listas de éxitos.  Como suele ocurrir en estos casos, el fracaso de su aventura no supuso ninguna tragedia para dos músicos de sesión como ellos. Acostumbrados a vivir en el patio trasero de la industria, ambos regresaron sin problemas a sus antiguos quehaceres. Pero, mientras la carrera de Gray se diluirá notablemente hasta casi desaparecer a finales de los 80, Dunn continuará con paso firme en la industria. Nombres como J.T. Taylor, olvidadas referencias de Motown como Milira Jones, reinas del Freestyle como Lissette Melendez, o curiosamente su adorado Mtume, se añadirán a los créditos de una carrera que culminará en 1989 con la edición de una nueva referencia en solitario: «Color Tapestry» . Un olvidado y olvidable proyecto, que no hará sino engrandecer el recuerdo del primoroso dúo que formó junto a su amigo Bruce Gray. ¿Y qué pasó Devaki Records? Tras el fracaso de su segunda referencia, parece que a Bobby Massey se le pasaron las ganas de convertirse en mogul discográfico.  Su prudente retirada del mundo empresarial y su regreso a la plácida vida de su Ohio natal hará que su presencia se diluya hasta nuestros días. Para el recuerdo siempre quedará la fallida oportunidad que dió a dos músicos de sesión que, como tantos otros, soñaron brevemente con ser estrellas. Quede este ya clásico «Official Bussiness» como testimonio de su aventura.

Por Gonzalo Oya.

FONZI THORNTON : Un Segundón de Primera

HAcia 1983 la revista BillBoard magazine saludaba a Robert Wright como la nueva fuerza emergente de la industria R&B. Wright, perteneciente al entorno de Earth Wind and Fire y antiguo colaborador de Verdine White, tuvó su gran oportunidad al pasar de simple A&R a vicepresidente de RCA para el area de música negra, un curioso cargo muy de aquellos tiempos.

Robert Wright,  «padrino» de Fonzi Thornton en su debut con RCA

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Todo comenzó en 1980. Writgh estrenó despacho trazando un plan maestro, con el que esperaba dominar la escena Rhythm and Blues de la década que comenzaba. Renovó el roster de RCA incorporando un nuevo equipo de producción liderado por los Mighty M de Kashif, Morrie Brown y Paul Laurence, y se lanzó a firmar  nuevos artistas a diestro y siniestro.  Pero Wright era bastante más que un simple ejecutivo. Pronto, comenzó a involucrarse directamente en el desarrollo de sus nuevos fichakes , involucrándose directamente en los proyectos que lanzaría al mercado. Una interesante ristra de referencias, de la que formarían parte nombres como Peter Brown, Glenn Jones o el que sería uno de sus grandes apadrinados, Fonzi Thornton.

Bailongo y guaperas donde los haya, Fonzi Thornton

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Cuentan que la infancia de Fonzi Thornton se forjó entre bambalinas y talent shows de medio pelo.  Un chico de Harlem, que soñaba con convertirse en una estrella del R&B y que, con el paso del tiempo se convertiría en líder de su propio grupo vocal.  Fonzie -banda bautizada en un guiño a su propio nombre y al popular personaje de la serie «Happy Days»– fue la primera referencia con la que empezó a hacerse un nombre en la escena disco-funk underground de NYC.  Su recorrido por diversos locales de la ciudad llama la atención de un viejo amigo de adolescencia llamado Nile Rodgers, que enseguida le recluta para la Chic Organization. Junto Edwards y Rodgers, Thornton participará en álbumes tan emblemáticos como «Risque» (1979) , «Real People» (1980), «Take it Off» (1981),  «Love Somebody Today» de Sister Sledge (1980) o incluso el «Diana» (1980) de Diana Ross. Tres intensos años en los que además será reclutado por Freeze, BBQ Band y su amigo Luther Vandross para realizar el apoyo vocal de sus respectivos álbumes de 1981.

Sin embargo, como a muchos otros músicos de sesión, el infame disco-sucks les explotó en la cara. Un fenómeno del que ya hemos hablado largo y tendido por aqui, y que afectó de manera aun más sangrante a músicos como Thornton.  Modestos trabajadores a sueldo, al fin y al cabo, a quienes la desaceleración de la industria musical negra pondrá en la cola del paro. Así, la crisis -hasta de identidad- generada por el fenómeno anti-musica disco provocará que el teléfono de Thornton comience a sonar mucho menos de lo que debiera.  Tan sólo la ayuda de viejos amigos como Luther Vandross y Nile Rodgers le salvará de un futuro destinado a cantar en odiosos jingles publicitarios.  Su incorporación a las dos giras de Vandross y su participación en el «Tongue in Cheek»  (1982) de Chic, coincidirá en el tiempo con un encargo crucial, que dará un giro a su carrera. Y es que detrás de la llamada que recibe para participar en el «Give it Up» de Pleasure (1982), se encontrará Robert Wright, the man with the master plan. Su participación en el álbum como músico de sesión junto a Kashif provocará que Thornton, por fin,  firme un ansiado contrato discográfico con RCA.

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Apadrinado por Wright, Fonzi Thornton preparó con mimo el que sería su debut discográfico. «The Leader» reunió a viejos amigos como  Luther Vandross, Jocelyn Brown o el dúo Rodgers & Edwards y a nuevos, como Paul Laurence, Kashif o Robert Wright, en un disco con el que RCA pretendía colocarle como la nueva voz masculina del R&B americano. Como intérprete, Thornton pertenecía a esa estirpe de vocalistas de perfil clásico, pero capaces de colocarse en la vanguardia sonora de un género que  se reinventaba por enésima vez.  Con una producción musical oficialmente acreditada a Wright y él mismo, resultará imposible ocultar la influencia real que tendrán en el álbum buena parte de los invitados a la función.  Chicismos como «The Leader», track que dará título al álbum, son fácilmente atribuibles a la presencia de Rodgers & Edwards, a quienes Thornton no dudará en encerrar en el estudio junto a Paul Laurence, Jocelyn Brown y Luther Vandross. La influencia de la fórmula ochentera de Chic saldrá de nuevo a relucir en tracks como la extraordinaria «Sayin’ Goodbye ( To Lonely Nites)« -de nuevo con Luther Vandross en los coros- o la infecciosa «Beverly», probablemente el track más recordado de su carrera. Un maravilloso hit post-disco en clave synth, ya sin Rodgers ni Edwards en los créditos, pero con el inconfundible aroma de su fórmula.

Fonzi Thornton «The Leader»

Fonzi Thornton «Beverly»

«Sayin’ Goodbye ( To Lonely Nites)«

Pero no debemos llevarnos  a engaño. Aunque que el peso de su pasado con Chic es notable en todo el tracklist, no debemos menospreciar la aparición de los dos tercios de Mighty M incluidos en el disco.  No vamos a entrar aqui ahora a discutir la paternidad real de la aportación -musical y creativa, no técnica- llevada a cabo por el trío Kashif, Laurence & Brown en el R&B americano. Aunque tenemos nuestras teorías acerca del equipo Mighty M, y somos más de Paul Laurence que de Kashif, no es momento de divagar al respecto. Sea como fuere,  un track como «(Uh-Oh) There Goes My Heart» resumirá a la perfección no sólo el ideario de Kashif, Laurence y compañía, sino también del plan trazado por Wright. R&B contemporáneo y elegante con un pie en el uso de sintetizadores y otro en el dominio absoluto de la melodía.

Fonzi Thornton «(Uh-Oh) There Goes My Heart» 

Editado en la primavera de 1983, «The Leader» fue recibido con una frialdad que nadie esperaba. Tan sólo «Beverly» funcionará relativamente en los charts, cosechando aun asi un decepcionante #43 en la lista de R&B. Curiosamente, y casi a la vez, su buen amigo Kashif cosechará su primer gran éxito con su debut con Arista ese mismo año, en el que el gran Fonzi también tendrá hueco como cantante. La edición de un segundo álbum como solista » Pumpin’…Let Me Show U How Ta Do It» (1984) , de nuevo con Wright a los mandos, no ayudará a relanzar a un artista que se centrará a partir de aquí en vender su talento al mejor postor. Sería imposible resumir aquí todo lo que ha dado de sí su desigual carrera de mercenario, que incluirá entre sus clientes nombres tan reseñables como Jody Watley, The Jones Girls, The System o R Kelly, junto a los de Robert Palmer, Bruce Springsteen, Michael Bolton o el mismísimo e inefable Garth Brooks.  Money talks, sin duda.

La  reciente redición de «The Leader» realizada por Funkytown Grooves este mismo Agosto,  pone en bandeja de plata el recuperar uno de los más esplendorosos -y olvidados- debuts de la primera mitad de los 80.  No dejes pasar tu oportunidad de hacerlo.

Por: Gonzalo Oya