PALM HIGHWAY CHASE: ARPNET

Aunque te parezca mentira, en Kings of Stage somos muy poco amigos de lo retro. Entendido como mero revival, ese culto al pasado es uno de los peores favores que puede hacerse a ninguna expresión artística. Un obsceno manoseo cultural y musical, del que probablemente los años 80 hayan sido una víctima predilecta en los últimos años.  Con estos antecedentes, hemos de reconocer que nuestros prejuicios nos hicieran asistir con recelo a la irrupción de proyectos como Palm Highway Chase.

 

palm highway

 

Para muchos un pionero de «su sonido» , para otros un simple miembro más de la tropa formada por los mediáticos Miami Nights 1984, Outrunners o Kavinsky, es fácil etiquetar su propuesta como una más dentro de la difusa y desigual marea de la Outrun music de los últimos años. Un subgénero discutible y de dudoso recorrido pero al que, dada su estrecha relación con el legado del Italo, siempre nos hemos acercado con cierto interés. Así que, a priori, es fácil pensar que, como tantos otros, Palm Highway Chase juega esta partida con cartas marcadas. Al fin y al cabo, ese «Outrun» o como se le quiera llamar, tiene ya establecidos unos cómodos clichés a los que muchos artistas se atan sin dudarlo.  Reflejo distorsionado del peso que el italo-disco, el synth pop y el synthfunk tuvieron en la música de muchas películas de los años 80,  el subgénero incorpora un fuerte elemento conceptual a todas sus propuestas.  Poco nos importa en estas páginas el nombre que se le quiera dar a este batiburrillo de influencias:  Out Run, Chill Wave, Dream Wave,…o cualquier nuevo término al que se incorpore el ya más que cansino  sufijo «wave» . En lo que a nosotros se refiere, lo importante es como en un breve período de tiempo desde sus excelentes  «Escape From New York» ( 2013, Spectrum Spools)   «Fantasy Recordings» ( 2013, Beer On The Rug) al «Arpnet» de hace algo más de un mes, Palm Highway ha estilizado su discurso, hasta elevarlo un palmo por encima del resto.

 

arpnet

 

Con el elemento conceptual y cinematográfico más definido que nunca, «Arpnet» ofrece a la vez, la versión más italo de Palm Highway hasta la fecha.  Así que no se apresuren demasiado en etiquetarlo. En la superficie,  Palm Highway parece componer el enésimo Frankenstein surgido de la arbitraria yuxtaposición de elementos inspirados en videojuegos, películas y demás imagineria ochentera.  Al fin y al cabo, las referencias al Carpenter músico – una constante desde sus primeras referencias- vuelve a hacerse evidente en tracks como «L.A. Darkzone». Del mismo modo,  resulta imposible que tracks como «Arena» no hagan volar nuestra imaginación hacia las texturas del Moroder más trash y seductor. Pero más allá de estos lugares comunes, «Arpnet» se coloca por encima de la media gracias a su capacidad para incorporar con solvencia la influencia del italo disco en su más pura expresión. Temas como ese «Arpnet» que da nombre al álbum, y su particular acercamiento a las texturas del primer High Energy del combo Turatti – Chieregato,  o joyas como «Dream Level» o «High School» , tan deudoras de las colosales melodias synth pop del Stefano Pulga post Kano, deberían convencer al más escéptico. Caminando en el peligroso filo de la reivindicación retro, Palm Highway ha sido capaz de hundir las raíces de su «Arpnet» en algo que es más profundo que los simples clichés outrunneristas.

Palm Highwat Chase «Arpnet»

 

Más Pulga y menos Moroder. Esta parece haber sido la premisa, consciente o no, con la que Palm Highway Chase ha insuflado vida a su proyecto.  Un fantástico retorno instrumental al Italo-disco en sus más diversas y bastardas mutaciones, que esta vez sí, ha evitado la tentación del los tópicos y el sonrojante revival. Muy recomendable, incluso para ti, que seguro ya le has puesto la cruz al sonido Out Run. Avisado quedas.

 

 

MAURICE STARR: La estrella que (casi) nunca fue

Desde la misma elección de su AKA, Larry Johnson – más conocido como Maurice Starr-  parecía querer dejar claro a todos que convertirse en una estrella era su principal objetivo. Recordado por el gran público por poco más que ser la mente maestra detrás de New Edition y, sobre todo, New Kids On The Block, su carrera como músico esconde además de su paso por Jonzun Crew, dos olvidadas joyas en formato LP.  Una breve aventura en solitario llena de grandes momentos, que hoy nos hemos decidido a recuperar de nuestro baúl de discos favoritos.
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Su historia, o al menos la que nos interesa en estos momentos, comienza en 1980.  Starr acaba de firmar su primer contrato con RCA tras deambular por los márgenes de la escena con una modesta banda R&B  formada junto a sus hermanos, The Johnsons.  Apoyado por su hermano Michael en las labores de producción, Starr se lanza a la grabación de «Flaming Starr» (1980) , un disco que nos ofrecerá el raro privilegio de descubrir la cara más disco funk de toda su discografía.

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Asociados tradicionalmente al electrofunk y el primer Hip Hop gracias a su posterior proyecto como Jonzun Crew,  los hermanos Johnson completan sin embargo, una propuesta repleta de hallazgos en clave disco, en el que no obstante, no podrán ocultar la influencia que la nave P-Funk de George Clinton y compañía tenía en su trabajo.  Que no sorprenda por ello toparse con joyas como ese «Movin’ on Up» que abre el álbum, o la increíble  «You’re The One (What’s Your Name?)», dos bombas P-Funk que traen a nuestra cabeza inevitablemente el nombre de Juni Morrison como influencia, y que escucharemos convivir con deliciosos bangers de disco music tardía como «I Wanna Dance With You».  Una clara llamada de atención sobre el nuevo sonido y etapa que estaba a punto de inaugurar la música negra urbana del momento, y de la que ellos mismos formarían parte fundacional.

Maurice Starr «I Wanna Dance With You»

Maurice Starr «Dance To The Funky Groove»

Maurice Starr «Movin’ On Up»

Maurice Starr «You’re The One (What’s Your Name?)»

Así, moviéndose entre la ortodoxia de un género que ya había comenzado su mutación y la asunción de los códigos que Clinton y compañía habían introducido en la escena mainstream, Maurice Starr y Michael Jonzun se mantienen en una equidistancia creativa que evidencia su notable  inteligencia.  Incluso baladas R&B como «When I Say I Love You» con una notoria  influencia de los Isley Brothers,lograrán pasar con nota la prueba del algodón del funkster más quisquilloso, demostrando de nuevo la espectacular habilidad de los Johnson a la hora de reproducir fórmulas ajenas, pero sin perder su sello.  Una enorme dosis de hedonismo disco y  sexualidad exacerbada en clave P-Funk que anthems como «Dance To The Funky Groove»  llevarán al paroxismo, presentando las inmejorables credenciales de Starr ante unas listas de éxito que, sin embargo, darán la espalda a un proyecto que se camuflará sin pena ni gloria entre la avalancha de álbumes editados ese mismo año.

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Con el fracaso de su aventura en solitario certificado por las listas de ventas y la ruptura de su contrato con RCA, Maurice Starr comienza a trazar su Plan B.  De nuevo con su hermano Michael a bordo como mano derecha, Starr forma un grupo infantil con unos talentosos chicos  de Boston a los que bautizará como New Edition, a la vez que plantea un nuevo proyecto de estudio llamado The Jonzun Crew, que incluirá también a su hermano Soni.  Muy interesado en el inicipiente movimiento Hip Hop y la influencia que comienza a tener en el público más joven, Starr convierte esta nueva vertiente en ejes de sus dos nuevos proyectos. El éxito de los singles «Candy Girl» (1982) con New Edition, y Pak Man (Look Out For The OVC) como Jonzun Crew, que abrazan ya sin contemplaciones el sonido electro y llegan a editarse en versiones conjuntas,  serán finalmente el salvoconducto que Starr necesitaba para volver a interesar a una industria que apresuradamente llama de nuevo a su puerta.

New Edition «Candy Girl»

Con Jonzun Crew preparando su disco con Tommy Boy Records, New Edition firmados con Streetwise y con su propio acuerdo ya cerrado con Arista para un nuevo álbum en solitario, Starr tiene por fin el triple treath que necesitaba para establecerse en la industria como indiscutible estrella. Sin embargo, una vez más,  la apuesta de Starr obtendrá desiguales resultados.  Y es que si «Candy Girl» y «Lost In Space», respectivos debuts de New Edition y Jonzun Crew,  ofrecen la cara más fresca, sólida y precisa del trabajo de los hermanos Johnson, «Spacey Lady» (1983) su segunda aventura en solitario, no estará lamentablemente a la altura de las expectativas creadas.

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Un disco extraño, donde conviven  joyas electro-funk como ese «Spacey Lady» que da nombre al disco o  la descomunal «Keep on dreaming«, probablemente uno de los mejores temas compuestos por Starr en su carrera, con demenciales despropósitos pseudorock como «Can It Be Love», con Starr convertido en un absurdo segundo advenimiento de Mick Jagger. Un desconcierto generalizado, en el que el empalagoso almíbar que supuran crossover tracks como «My First True Love» se compensa con bombas electro como «Super Rock», con el siempre extraordinario Noel Pointer al violin emulando el Chamaleon de Herbie Hancock.  La muy minneapolis «City Girls»  y el delirante banger electro «Electric Funky Drummer» se encargan de completar un disco excesivamente desigual y quizás algo incoherente. Un batiburrillo sonoro, por momentos soberbio, por momentos mediocre, en mitad del que resulta imposible visualizar a Starr como artista de una sola pieza.

Maurice Starr «Spacey Lady»

Maurice Starr «City Girls»

Maurice Starr «Super Rock»

Tras el fracaso de su segunda aventura en solitario, Starr captó por fin el mensaje. Asumiendo por imposible su sueño de convertirse en estrella, sus esfuerzos comenzaron a centrarse en desarrollar su flamante franquicia, New Edition, que se volatilizará tan sólo una año mas tarde.  La ruptura del contrato por parte del grupo deja a Starr una vez más con las manos vacías y con la mente llena de ideas.  Con su habitual hiperactividad traza un Plan C, y  vuelve a lanzarse a la creación de una boy band para adolescentes, pero esta vez dirigida al público blanco.  Así, con New Kids On The Block , proyecto para el que trabajará casi en exclusiva como compositor y productor, consigue no sólo el mayor éxito de su carrera sino también obtener por fin, el reconocimiento de público e industria.  Pero esa,  como ya sabéis de sobra…es otra historia por contar, y que proximamente contaremos.

Por Gonzalo Oya

JR FUNK AND THE LOVE MACHINE: Más allá del Italo Disco

El catálogo de Full Time está lleno de sorpresas. Durante casi una década, y como auténtico centro de operaciones del sonido Italo Disco, el sello sirvió de plataforma a una inabarcable cantidad de artistas, productores y proyectos de mayor o menor recorrido, que cambiarían para siempre la historia del funk europeo.  Una influencia fundamental en la explosión y desarrollo del género en nuestro continente, que jamás nos cansaremos de reivindicar y en la que una vez más, toca detenernos.

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A simple vista, J.R. And The Love Machine y su «Good Lovin» (1981)  muestran las características propias de cualquier proyecto de la marca Full Time.  La banda nace del empeño de Herbert Csasznik aka H. Casalunghi, que dispuesto a tener su propia franquicia disco-funk, traza un plan maestro que tendrá al brasileño Jorge Omar Barreiro como protagonista, y en el que la voz e imagen de Sarita Butterfield, Jinji Nicole & Bernadine aka The Love Machine, ponen la guinda.  Barreiro, un músico e intérprete de sesión del entorno de Gavinda Records y el movimiento Hare Krishna, deja de lado su afición por el Soul-Jazz tardo hippy y pseudo afrocentrista – que ya había explorado a conciencia bajo el nombre de  J.O.B Orchestra en 1978-  para adaptarse sin problemas a una propuesta puramente disco-funk. Con su apoyo y el de Roy B, Csasznik completará uno de los trabajos de producción más puramente americanos de la historia del Italo-Disco pero que, y este puede que sea su única pega,  llega quizás  demasiado tarde a la fiesta. Con el «New York Cake» (1981) de Kano recién salido del horno, el disco nace con un sonido con una fecha de caducidad quizás demasiado inmediata, pero que dejará para el recuerdo algunas de las más curiosas, por ortodoxas, joyas del Italo.

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La apuesta de Barreiro, Csasznik y Roy B es clara.  De manera ordenada y acicalados con gusto, veremos desfilar todos  y cada uno de los clichés del funk tardo setentero, en un tracklist corto pero intenso, que sin duda sabe a poco.  Precisos y ortodoxos en sus composiciones y arreglos, el combo de producción liderado por Csasznik elimina casi por completo el rastro de los flamboyantes tics del Italo, para ofrecer un producto que pretendía sin duda, hacer olvidar al oyente su denominación de origen. Un viaje que comienza con la ortodoxia funk de una bomba como «Good Lovin’ » ,   un track con claros ecos del Funk de la primera mitad de los 70,  que dejará paso a orgías P-Funk como «Come and Get It», sin lugar a dudas la más certera y brillante aproximación a los códigos del P-Funk realizada por la escena Italo en toda su historia.

JR Funk And The Love Machine   » Come and Get It»

JR Funk And The Love Machine  «From The Giddy Up»

JR Funk and The Love Machine  «Make Your Body Move»

Una sucesión de bangers que se completa con la ligeramente rickjamesiana «Make Your Body Move» y «From The Giddy Up»,  los dos temas más puramente post-disco de un álbum con el que Csasznik y Barreiro ponen sus inmejorables credenciales funk sobre la mesa de una escena americana que, lamentablemente, estaba ya en otra película muy distinta.  Una apuesta segura a caballo perdedor  en un género que, con el inevitable colapso de la música disco y la llegada del Hip Hop, comenzaba un proceso de transición irreversible. Aun así, y a pesar de la frialdad con la que es recibido el disco en Europa y Estados Unidos, un modélico banger disco como «Feel Good Party Time» , terminará por convertirse en un pequeño clásico de culto. Sampleado, reinterpretado y vampirizado hasta la extenuación por artistas tan dispares como Dr DrePublic Enemy, Prince, Fast Eddie o incluso James Brown, inspiración fundamental del propio tema, el track hará realidad finalmente el sueño de sus creadores. El legado de JR Funk and the Love Machine ya ha sobrepasado los propios límites del Italo Disco.

JR Funk and The Love Machine  » Feel Good, Party Time»

¿Que pasó con Barreiro, Roy B y Csasznik? Todos ellos siguieron su carrera en el género con relativo éxito, e incluso Roy B llegará a fundar su propio subsello dentro de Brass Records, la distribuidora de Full Time en Estados Undios.  Efímeros proyectos como Caution o incluso algún single junto a Barbara Roy mostrarán de nuevo el talento de un combo que, sin embargo, jamás llegará a igualar la excelencia y popularidad de un proyecto como JR Funk. Poco importa en realidad, por él les recordamos y por él, han pasado finalmente, a la historia del género.

Por Gonzalo Oya